Medellín olvida sus episodios... Pero no la violencia.
Bien sabido es por mis compañeros y por los lectores de este blog, que en este año ha crecido mi interés por conocer la historia del narcotráfico en Medellín, sobretodo por la huella latente que hoy en día existe de este flagelo y las personas que siguen hoy en día con el recuerdo a flote de las innumerables pérdidas humanas y materiales que esto generó en la ciudad, ya sea porque fueron propias o las han sentido así.
Esculcando entre documentos y artículos de noticias, que es donde hago mis lecturas para conocer sobre el tema, me encontré un registro respecto a una masacre que nunca había escuchado ni encontrado antes: la del bar Oporto. Masacre en la que hombres, quienes hoy en día no se sabe si fueron (o son porque quizás siguen vivos en su mayoría) enviados de Pablo Escobar, o agentes del Estado, perpetraron la masacre de 23 hombres en un exclusivo bar en Envigado; donde irrumpieron en camionetas y cercaron las salidas del bar, haciendo salir a 27 hombres al parqueadero, hiriendo a todos, y matando 23. Los otros 4 se salvaron por esos azares que dicta el destino de simplemente decir "no me da la puta gana de que este se muera".
Con la violencia que está pasando en este momento en el barrio San Javier y las zonas de la Comuna 13 acá en Medellín, y lo olvidado que por ejemplo, parece estar el hecho que señalé al principio, me hace pensar en que en el valle de Aburrá, ( que entre sus municipios está Medellín) se olvidan de los episodios de violencia, pero no de la violencia. Parece ser que estamos condenados a un ciclo eterno en el que los actos violentos se repiten, pero los perpetradores son otros. Parece ser que los episodios lamentables los olvidamos, pero los móviles no. Tal parece que existe un inconsciente colectivo en el que se decide seguir repitiendo los episodios porque los olvidan, porque la gasolina de esos episodios no se olvida, y tal parece que todos los seres humanos nacemos con esa gasolina por dentro; y esa facilidad de dejar atrás los episodios que deberían dejarnos como enseñanza, que no se deben repetir.
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